sábado, agosto 28, 2004

Desilusión (o "Cuando se pierde la apuesta").

Hoy me siento así. Todo lo que había depositado en mi relación con Isa, todas mis expectativas, todos mi anhelos, se ven hoy diezmados, heridos, derrumbados. Y me duele.
El jueves, tristemente, no nos encontramos. Isa tuvo un inconveniente: conoció de cerca a la delincuencia argenta...yo seguía esperándola en donde habíamos arreglado. Creo que si no desesperé, fue porque en verdad ya había contemplado la posibilidad de que esto volviera a ocurrir, y por otro lado porque conté con la inconmensurable paciencia y apoyo incondicional (telefónico y cibernético) de MI amiga Veruka (sos la más grande). Volví a mi casa, tarde, solo y desolado...igual que en un post anterior.
Ayer, viernes, Isa prometió venir a mi casa a la noche. Nunca llegó. No tengo novedades de ella hasta el momento, excepto por una breve comunicación vía chat con su amigo (él también vendría a casa) ayer a las 3 a.m., en la cual me dijo que estaban por Lomas de Zamora, buscando una vía para llegar a mi tan preciado hogar. Aparte de eso, nada. Ni hoy, ni ayer. Nada.
Es por esto que hoy ya no tengo ganas. No quiero saber nada. No quiero escuchar nada. Cuando las palabras quedan vacías de significado, cuando se convierten en meras convenciones simbólicas, cuando el corazón demanda a la razón, es momento de dar lugar a los hechos, a los actos, a lo concreto. Hoy no quiero más promesas. Así estoy...

1 Comments:

At 10:20 p. m., Blogger Veruk@ said...

Coincido con vos.. nada hay para decir. Queda una sabor amargo en la boca, y una extraña sensación en el alma, pero la vida sigue y nosotros tenemos que seguir haciendo girar el mundo.
TQM

 

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