domingo, septiembre 12, 2004

En tren de reflexiones (o "Papá...¿Por qué mi cabeza da tantas vueltas?")

Acabo de confirmar algo que hace tiempo venía elucubrando mentalmente: las personas que me dicen cosas lindas me agradan. Puede sonar tonto, pero en realidad no lo es tanto. Yo soy un tipo con carácter fuerte, muy seguro de sí mismo (al menos en la mayoría de las veces), muy consciente de sus defectos y sobretodo de sus virtudes. Por lo general, no necesito, no imperiosamente, al menos, que constantemente me estén adulando; creo que tampoco sería bueno para mi ego. Pero he notado que aquellos que lo hacen (y no son muchos, por cierto) me caen verdaderamente bien. No creo que el hecho de que me simpaticen se deba exclusivamente a ello, pero de seguro tiene algo que ver. La cuestión es que, mal que me pese, he ido observando como las personas que me rodean (esto es, todos: los que me quieren, los que no me quieren, familia, amigos, amantes, mascotas, etc.) se empeñan en no demostrarme lo que de mí admiran, lo bueno o interesante de mi ser, lo maravilloso de mis actos. Mientras que de los defectos, todos se encuentran a la orden del día, prestos a ser verdugos de mi auto-confianza, de mi propia valoración.
Analizando levemente este suceso, llegué a concluir que posiblemente el mismo responda a ciertos factores, a saber:
· Intentan no inflarme el ego: la gente no quiere verme egocéntrico, agrandado, pedante; si ya así “vuelo bajito”, imagínense qué podría ocurrir si todos colaboraran con ello.
· No doy lugar a colaboraciones: a veces soy tan egocéntrico, agrandado, pedante (justificada o injustificadamente), que a la gente no le quedan ganas de colaborar con la causa (“¿Y para qué lo voy a adular si ya lo sabe?”)
· Envidia e inferioridad: tristemente, existen personas a las cuales les gustaría ocupar mi lugar, mi rol, mi vida, u otras tantas que se sienten disminuidas cuando yo estoy cerca. (Cuando digo “tristemente” es tristemente por ellos...ojalá algún día se den cuenta). Por lo tanto, JAMÁS expresarán nada al respecto de mí, salvo veneno.
· Quizás no sea tan bueno: es una chance, y debo contemplarla. Capaz que vivo en una burbuja fabricada por unos pocos y por mi imaginación desbordante, y yo no sea la persona que creo ser, y por eso nadie me halaga. Pero lo dudo.
En fin, no se a cuál de todas responda la causa, pero definitivamente me agrada mucho cuando la gente se sincera (esto es importante “se sincera”, es decir, me lo dice de corazón y no de adulona o por conveniencia o para hacerme sentir bien). Definitivamente, me molesta cuando la gente (y sobretodo la que me quiere, o la que YO quiero) se acuerda tan solo de lo malo, de lo feo, de lo jodido que soy. (Más que “me molesta”, debería decir “me duele”...ésa es la apropiada).
Para concluir, y a modo de post data, no busquen relaciones entre “In need of affection” y esto, eh? Porque una cosa es una cosa, y otra cosa es otra es otra cosa. Tampoco crean que están en la obligación de empezar a decirme cosas lindas, lo mucho que me quieren y esas cosas: háganlo tan solo si y cuando lo sienten, si no, de nada me serviría. Y tampoco estoy deprimido ni mucho menos (digo, por las dudas).Besos y abrazos (para aquellos que se consideren merecedores...y para los que no: también, total...).

1 Comments:

At 2:17 a. m., Anonymous Anónimo said...

hola ger! bueno ambos nos conocemos ys abes mi opinion acerca de tu ego! jaja...a veces nos halagan por compromiso y otras no..pero la famosa frase ¨tomalo de quien viene¨, vos sabras de quien valorarlo...por lo pronto el ego es parte de todos..hay gente que lo saca al exterior y otras que prefieren la humildad aunque por dentro se halagena ellos mismos...son formas, y mientars no dañen, no las considero desubicadas! cuidate nene! y sabemos que la inteligencia es parte de tu ser jajaja besoss!!

 

Publicar un comentario

<< Home