domingo, octubre 31, 2004

Soy Joaquín Sabina (o "Cuando sigo perdiendo apuestas")

Este es mi presente, hoy me siento así, como el Maestro Sabina, el prototipo del perdedor, del que nunca recibe lo que espera, del que sabe lo mucho que cuesta un beso, del que carga sobre sus espaldas los flagelos que el corazón le propinó.
Como muchos de ustedes habrán pensado (y como tantos otros me habrán dicho), Isabela no se comunicó conmigo...ni ayer, ni hoy.
Perdí, una vez más, la apuesta. Pagué, otra vez más, con la ilusión, con la esperanza, con el brillo de los ojos, con la ansiedad, con el dolor, con la vergüenza. Me doy vergüenza, me desconozco: en mi vida, si me hubieran preguntado, me habría imaginado tan iluso, tan ingenuo, tan fácil...
Por suerte, tengo la tranquilidad, la sensación que experimenta uno cuando sabe que hizo las cosas bien, que actuó de buena fe, que dio a cambio de nada. No importa entonces haberse mostrado como uno es, haberse abierto para mostrar al alma y que otra la vea, porque, llegado el momento, cuando se hace silencio y te quedás solo con vos mismo, te sentís transparente, sano, en paz.
Es por ello que, a pesar del sufrimiento que provoca perder, pienso seguir apostando, hoy, mañana y siempre, porque el que no arriesga no gana, porque seguir a lo que uno cree es siempre más válido que reprimirse, porque, no importa cuán alto sea el precio que haya que pagar, las deudas pueden ser saldadas, eternamente.

"Ese sol que ves ahí, salió para alumbrarte...cantá, cantá, así el dolor pronto pasará"

Besos y gracias por compartir este momento.

sábado, octubre 30, 2004

Apuesten...

Hoy es nuevamente el día: vuelve Isa a la Argentina. Quedamos en que me llama en cuanto esté en su casa, es decir, a eso de las 22 hs. para así vernos, finalmente.
La pregunta es: ¿romperemos con la tradición, y en una foránea noche de brujas, nos conoceremos finalmente? Yo apuesto a favor.
Les mando un beso, deseenme suerte (que igual no la necesito!).

lunes, octubre 11, 2004

Detesto a Blogspot (o "Cuando se pierde el tiempo").

Tiempo y producción literaria. Y no es la primera vez que me pasa. Me podrán decir que la culpa es mía, que soy poco precavido, que me pasa por no hacer back up de lo que escribo...pero ¿cómo se me va a ocurrir que cuando doy click a "Publish Post", todo va a desaparecer sin dejar rastro alguno? Es una cosa de locos...
Bien, como se darán cuenta, no me han dado ganas de repetir el escrito. Con suerte, alguno de estos días lo intentaré de nuevo, cuando se me pase la bronca. Pero sepan que mi carencia de post esta semana responde a tal motivo: perdí lo que quería publicar con tan solo un apriete de botón.
Y bueh, a veces se gana y a veces se pierde. Esta vez me tocó perder...y detesto a Blogspot.

domingo, octubre 03, 2004

Del fuego y los viajes.

Fueron cuatro días en el campo. A simple vista, no parecen demasiados, pero son los suficientes como para tener tiempo de sobra para pensar, para dar rienda suelta a lo que ocupa la cabeza. Y así pasó.
Absorto en las intimidades de un fuego, perdido en ese ir y venir de sus llamas, enajenado de lo que me rodeaba, fue que me descubrí extrañándote. Quería poderosamente saber de vos, charlar con vos, estar con vos, pero era empíricamente imposible. Y tan solo me restó meditar.
El fuego hace pensar, concluí por consiguiente; alguna extraña fuerza me hace perder en su baile, me transporta, me sitúa en viajes al interior de mi psychè, viajes que por lo general no poseen consecuencias, congruencias, coherencias, convalecencias. Pero no esa vez: esa noche te extrañé, te añoré, te deseé, te amé. Y crecí.
Los días pasaron alegremente rápidos, las noches fueron cortas pero frías, los fuegos se apagaron, los sentimientos perduran hasta hoy.
Melancolía y reflexión suelen ir de la mano, pero no aquella vez. El tinte macilento de este post es netamente indeseado. Estoy feliz, me reencontré con facetas de mi persona que deambulaban en el arcón de los caracteres. El cristal con el que miro los días hoy, me hace vivir de otra forma, sentir de otra forma, pensar de otra forma. Espero tarde en romperse. Soy como quiero ser, como siempre quise, como alguna vez creí. Y estoy feliz.
Es por ello que quiero verte, encontrarte, entenderte, adorarte.
Estoy de regreso, volví de mis viajes.