domingo, septiembre 26, 2004

Buceando en las profundidades de la mente.

Inteligencia...a veces me pregunto qué significará esa palabra, qué albergará en su significado, qué implica o qué no ser inteligente. Y nunca encuentro una respuesta que satisfaga mis inquietudes.
A riesgo de pecar de vanidoso (la verdad que ya no me importa...o nunca me importó) debo decir que la gran mayoría de las personas que me conocen, que me tratan, y hasta a veces aquellas que apenas han mantenido unas pocas conversaciones conmigo, dicen absolutamente convencidos que soy una persona inteligente. Claro que, ante esta clasificación de mi persona, yo me siento halagado, agradecido y hasta reconocido si se quiere; yo sé positivamente que soy inteligente, no me caben dudas, pero...cuando en alguna charla confianzuda he llegado a preguntar el porqué de esa catalogación, el motivo que los lleva a pensarme de tal forma, a considerarme por encima de la media, cuando ante un “¡Qué inteligente que sos!” pregunto: “¿Y vos por qué lo decís?”, nunca, hasta el día de hoy, me han sabido conformar con una respuesta. Repito: no es que necesite afirmar mi condición, pero me encantaría saber qué te lleva a ser considerado INTELIGENTE, en dónde radica esa inteligencia que tantos han de reconocer en uno pero que nadie puede explicar.
¿Es algo hereditario? ¿Es una condición causada por el entorno? ¿O uno forja, en base a sus elecciones, dicha cualidad? ¿O qué? ¿Todas, acaso? Ni siquiera los libros me han podido satisfacer con sus postulados, ya que, según la óptica con que haya sido encarado el tema, los enunciados varían.
De carácter genético, ambiental, existencial, metafísico o quién sabe qué demonios, mi inteligencia me preocupa, me problematiza, me hace indagar, cavar hondo en mi propio ser y en el de los demás. Algún día, con suerte, llegue a encontrar una respuesta medianamente gratificante. Espero, claro, que lo mío no sea dialéctico, que la respuesta sea respuesta y que la verdad absoluta exista por una vez en la vida.Si quieren intentar con alguna teoría, bienvenida. Besos y abrazos, desde algún lugar de la filosofía.

sábado, septiembre 18, 2004

Soy Pedro Picapiedra (o "Maldita Telefónica").

Estoy sin teléfono, y, por lo tanto, sin internet. La verdad que esto de que se corten cables, se muera el presidente de la fuckin' compañía o de que conspire el centro de apicultores contra las redes telefónicas me da por el quinto forro de las pelotas. No se puede estar sin ese aparato sustancial; no se puede subsistir sin la net. Esto no es vida! No al menos cuando se tienen 22 años y muchas cosas por hacer, arreglar, hablar, ver. Y bueh: es lo que hay.
Aprovecho la oportunidad para saludar a todos aquellos que se esmeran por arruinar buenos blogs (no el mío, gracias a Dios...bah, el mío no es bueno) con sus comentarios. ¿Nunca leyeron a esos gomas que dejan comments para llamar la atención? Se hacen los interesantes, los tiernos, los sensibles, los poetas, los entendidos, los bohemios, los galanes. Sus textos, por lo general, no guardan relación con lo posteado, pero figurar siempre les parece adecuado para lograr su cometido, o bien por el placer de leer alguna de sus propias sandeces, convencidos de que su calidad como escritores es excelsa. Dejan sus polutas huellas tan solo en blogs femeninos, e intentan de todas formas entrar en contacto con sus autoras. En verdad son ejemplares dignos de compasión, en esta comunidad cybernética. Si no, visiten mis links...allí encontrarán varios ejemplos de estos comentadores sistemáticamente idiotas! Vale aclarar que esto no surge ni de los celos, ni de la envidia, ni de la bronca...es simplemente una demostración de mi repudio.
Bueno, abandono al ingrato cyber. Los dejo por ahora, espero que anden bien. Besos y abrazos.
Nota: Isa vuelve estimativamente el 1/10...Vamos todavía carajo!!!!

domingo, septiembre 12, 2004

En tren de reflexiones (o "Papá...¿Por qué mi cabeza da tantas vueltas?")

Acabo de confirmar algo que hace tiempo venía elucubrando mentalmente: las personas que me dicen cosas lindas me agradan. Puede sonar tonto, pero en realidad no lo es tanto. Yo soy un tipo con carácter fuerte, muy seguro de sí mismo (al menos en la mayoría de las veces), muy consciente de sus defectos y sobretodo de sus virtudes. Por lo general, no necesito, no imperiosamente, al menos, que constantemente me estén adulando; creo que tampoco sería bueno para mi ego. Pero he notado que aquellos que lo hacen (y no son muchos, por cierto) me caen verdaderamente bien. No creo que el hecho de que me simpaticen se deba exclusivamente a ello, pero de seguro tiene algo que ver. La cuestión es que, mal que me pese, he ido observando como las personas que me rodean (esto es, todos: los que me quieren, los que no me quieren, familia, amigos, amantes, mascotas, etc.) se empeñan en no demostrarme lo que de mí admiran, lo bueno o interesante de mi ser, lo maravilloso de mis actos. Mientras que de los defectos, todos se encuentran a la orden del día, prestos a ser verdugos de mi auto-confianza, de mi propia valoración.
Analizando levemente este suceso, llegué a concluir que posiblemente el mismo responda a ciertos factores, a saber:
· Intentan no inflarme el ego: la gente no quiere verme egocéntrico, agrandado, pedante; si ya así “vuelo bajito”, imagínense qué podría ocurrir si todos colaboraran con ello.
· No doy lugar a colaboraciones: a veces soy tan egocéntrico, agrandado, pedante (justificada o injustificadamente), que a la gente no le quedan ganas de colaborar con la causa (“¿Y para qué lo voy a adular si ya lo sabe?”)
· Envidia e inferioridad: tristemente, existen personas a las cuales les gustaría ocupar mi lugar, mi rol, mi vida, u otras tantas que se sienten disminuidas cuando yo estoy cerca. (Cuando digo “tristemente” es tristemente por ellos...ojalá algún día se den cuenta). Por lo tanto, JAMÁS expresarán nada al respecto de mí, salvo veneno.
· Quizás no sea tan bueno: es una chance, y debo contemplarla. Capaz que vivo en una burbuja fabricada por unos pocos y por mi imaginación desbordante, y yo no sea la persona que creo ser, y por eso nadie me halaga. Pero lo dudo.
En fin, no se a cuál de todas responda la causa, pero definitivamente me agrada mucho cuando la gente se sincera (esto es importante “se sincera”, es decir, me lo dice de corazón y no de adulona o por conveniencia o para hacerme sentir bien). Definitivamente, me molesta cuando la gente (y sobretodo la que me quiere, o la que YO quiero) se acuerda tan solo de lo malo, de lo feo, de lo jodido que soy. (Más que “me molesta”, debería decir “me duele”...ésa es la apropiada).
Para concluir, y a modo de post data, no busquen relaciones entre “In need of affection” y esto, eh? Porque una cosa es una cosa, y otra cosa es otra es otra cosa. Tampoco crean que están en la obligación de empezar a decirme cosas lindas, lo mucho que me quieren y esas cosas: háganlo tan solo si y cuando lo sienten, si no, de nada me serviría. Y tampoco estoy deprimido ni mucho menos (digo, por las dudas).Besos y abrazos (para aquellos que se consideren merecedores...y para los que no: también, total...).

Soy Marco Antonio Solís (o "Papá...¿Cuánto falta para el futuro?")

Hoy me di cuenta de lo desanimado que estaba. Bah, en realidad, hace ya varios días que lo venía notando, pero me resistía a admitirlo. Descreo del futuro, lo veo lejano; el pasado no me interesa, y se me escapa el presente. Y, lo peor de todo, es que no me preocupa nada de esto.
Con Isa las cosas andan bien, pero a la distancia. No tiene fecha de regreso, así que tan solo resta esperar (o desesperar). Mientras tanto, chateo con ella algo así como 4 horas diarias, lo cual, a veces, hace que discutamos por verdaderas pavadas, pero que atentan contra "lo que hay". De todas maneras, creo que al menos para mí, va a hacer falta mucho más para que me canse.
Y bien, siendo así mi actualidad, recordé un viejo tema de este compositor mexicano y me sentí identificado...aquí se los dejo:

Te extraño mas que nunca y no se que hacer
Despierto y te recuerdo al amanecer
Me espera otro dia por vivir sin ti
El espejo no miente me veo tan diferente
Me haces falta tú.

La gente pasa y pasa siempre tan igual
El ritmo de la vida me parece mal.
Era tan diferente cuando estabas tu.
Sí que era diferente cuando estabas tu

No hay nada mas difícil que vivir sin ti
sufriendo en la espera de verte llegar.
El frío de mi cuerpo pregunta por ti,
y no se donde estas.
Si no te hubieras ido sería tan feliz.

martes, septiembre 07, 2004

In need of affection (o "Cómo sentirse desamparado").

Esa es mi verdad hoy: me siento solo, librado a la suerte en este mundo hostil. No tengo a nadie, no al menos como yo pretendo. Tengo a mis amigos, a mi familia, a chicas que voluntariosamente se ofrecerían para hacerme pasar un buen momento. Pero yo necesito otra cosa...necesito cariño verdadero, mimos, abrazos, besos, contención, palabras dulces cargadas de sentimiento susurradas al oído, compañía. Y no la tengo...al menos, no de la manera en que lo necesito.
Me auto-retiré del mercado femenino: no quiero saber nada con chicas pasajeras de este tren desenfrenado que arranqué hace medio año; ya basta. De nada sirven (son tan solo un buen rato), no me gratifican, no espiritualmente.
Tristemente, para mi malestar no hay cura, al menos no inmediata. Puedo seguir esperando, sé que puedo hacerlo, pero a veces me siento mal. Y se me nota...y me da bronca, y me cagaría a palos si supiese quién es el culpable...pero no lo hay. Estoy verdaderamente solo, y creo que es la primera vez en mi vida que logro dar cuenta de ello. Es putamente doloroso...
Y necesito afecto...y te necesito, al menos hoy.

jueves, septiembre 02, 2004

Soy Jettatore.

Y lo mío es de no creer. Apareció Isa...maltrecha, pero viva. En México, pero viva. Apareció nomás, tarde pero seguro.
Ahora, esta historia me hace pensar que lo increíble a veces puede ser cierto, y que quizás yo sea un revival del mítico personaje creado por Laferrere. Es terrible tan solo imaginar mi situación: cada vez que me iba a ver con Isa, a ella siempre le ocurría algo...o la robaban, o se perdía, o chocaba con el auto. Bien, Isa aquel viernes camino a casa chocó con el auto. Y se lastimó feo. Y viajó a atenderse a México. Pero, por suerte, ya está bien...no como para volver acá, pero recuperándose un poco cada día.
La cuestión es que, fractura y operaciones de por medio, (y cuando ya casi había bajado los brazos) la encontré online el miércoles. Y volvió la luz. Costó suprimir mi abono al escepticismo, creo que las razones son obvias, pero lo logré. Santo Tomás de lado, retomé mis tan cálidas charlas con mi niña preciada. Ahora queda únicamente esperar (desconocía definitivamente los umbrales de mi paciencia)...se que puedo.
Besos y abrazos para todos los que brindaron su apoyo, y a los que no, no. Adieu!